Hay edades que no pasan;
que las distancias no quiebran
como a la vida quiebran.
Momentos en los que nunca envejecemos.
Se inmortaliza el rostro, la mirada, el andar.
Hombres aferrados al recuerdo,
al ayer, a lo imperfecto...
Para no ceder a la distancia
que es olvido,
que no es memoria
dibujándose de ausencias
para acercarse a la nada.
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